1982 fue el año del cambio de Felipe González, el del infantil Naranjito, el del estacazo de la Selección en nuestro Mundial de fútbol, el de la aparición en el mercado del CD, en el que el Villa dividió el trofeo en tres categorías: jazz-rock, pop y rock duro, y un año muy importante para el rock español en general y en especial para el heavy.
Muy importante para el rock porque la gira “Rock & Ríos” vino a rejuvenecer y modernizar el rancio mundo del espectáculo en España. Miguel Ríos marcó el camino a seguir para la organización, realización y ejecución de futuros espectáculos musicales, a aparte de grabar uno de los mejores directos de la música española. Los Leño firmaban con Corre, Corre un trabajo fino, sencillo y auténtico que, por desgracia, vino a ser el último de la banda y, por suerte, daba pie al inicio de la carrera en solitario del gran Rosendo.
También fue el año en el que apareció un disco importante, inteligente e irreverente, con un sonido denso e intenso El Acto de Parálisis Permanente la banda de Eduardo Benavente. Lástima de aquel fatídico accidente de tráfico que acabó con la vida de Eduardo y con una prometedora carrera musical.
Especial para el heavy, ya que por primera vez un movimiento musical se desarrollaba en España casi o al mismo tiempo que lo hacía en el exterior. Mientras en la New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM) el peso lo llevaban, entre otros, bandas como Iron Maiden, Judas Priest, Saxon, Venom, Diamond Head o Tank, aquí les mirábamos de reojo pero hacíamos lo propio, salvando o no las distancias, con Barón Rojo, Obús, Panzer, Zarpa, Mazo o Satén.
Está claro que iremos al infierno, pero con el Volumen Brutal bajo del brazo. Disco perfecto de principio a fin, a la misma altura como mínimo de los mejores trabajos internacionales. Ninguno de los temas que lo componen tienen desperdicio; de hecho todos se han convertido en auténticos himnos: “Los roqueros van al infierno”, "Resistiré", "Son como hormigas", "Concierto para Ellos", etc. Temas ejecutados en directo por una formación inolvidable que traspasó nuestras fronteras: Armando, Carlos, Hermes y Sherpa, ponlos en el orden que quieras. Mucha calidad, recuerdos y rock ahí metido.
Con esta banda y este disco, el heavy metal se hizo el género más popular en el país desplazando a todos los demás, provocando la aparición de una avalancha de grupos durante los años siguientes y que todas las compañías discográficas (multinacionales, nacionales o independientes) se lo curraran buscando bandas de heavy para poderlas lanzar al mercado, más por puro oportunismo que por convicciones musicales. El problema, para los que nos gustaba –hoy también- el género, es que lo bueno solo duró un par de años.
En otro tipo de sonidos, firmaron sus primero trabajos tres bandas que darían guerra y mucho que hablar dentro del rock y del punk español y que también han sido referentes para grupos de sus respectivos estilos. Me refiero los gallegos Los Suaves y Siniestro Total y a los asturianos Ilegales.
Los mejores discos del rock español de 1982 fueron:
- Barón Rojo – Volumen Brutal
- Leño – Corre, corre
- Miguel Ríos – Rock & Ríos
- Parálisis Permanente – El acto
- Panzer – Al píe del cañón
- Obús – Poderoso como el trueno
- Zarpa - Ángeles o Demonios
- Ramoncín – Corta
- Topo – Marea negra
- Los Suaves – Esta vida me va a matar
- Siniestro Total – Cuándo se come aquí
- Ilegales – Ilegales
- La Banda Trapera del Río – Guante de guillotina
- Lone Star – Viejo lobo
- Mazo – Mazo
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