Hoy se cumplen 30 años de la primera de dos de las noches más apoteósicas del rock español. En esas fechas de 1984, el Pabellón de Deportes del Real Madrid se puso al Rojo Vivo al calor de los 12.000 colegas que acudieron en apoyo de la banda más grande que ha dado al rock este país, sus aristócratas los Barón Rojo.
Con lo allí sucedido, para deleite de las
hordas metálicas, no solo se editó el doble disco
Barón al rojo vivo -obra de la creo no se hablado lo suficiente-, sino que, un par de años después, el material ¿sobrante? sirvió para la edición de un LP con el título
Siempre estáis allí. No hay que olvidar que esta última, aunque obra menor y comercializada poco cuidada y a destiempo, es una astilla que salió del mismo palo.
Barón Rojo había puesto patas arriba el panorama del rock español con sus tres primeros álbumes. Tres trallazos a los que no estábamos acostumbrados por estos lares. Aprovechándose de ello
Chapa Discos/Zafiro, dentro de su serie con nombre genérico de “
Viva” que reunía los éxitos de grupos de su cartera como
Leño o
Asfalto, en noviembre de 1983 lanzaba al mercado un
Grandes Temas de la banda con diez de sus más populares y, para sorpresa de todos, cuatro meses después un doble disco en directo, un trabajo que tocaba hacer y se hizo.
Los hermanos de Castro, Sherpa y Hermes -poned el orden que queráis a la ecuación-, se habían ganado por méritos propios disponer para la realización de este concierto y su grabación, del mejor montaje, sonido y luces, todo ello manejado por los mejores profesionales, como así fue gracias a la financiación principal de su manager Jesús Caja. La máquina de hacer heavy metal funcionó ese día a la perfección ofreciendo un espectáculo emocionante e inolvidable, fundamental para la historia de la banda.
Para ello trajeron expresamente de Inglaterra una unidad móvil de grabación de nombre “
Pumacrest Mobile” y se contrató a
Chis Tsangarides, un tipo con ideas claras y nuevas, y uno de los ingeniero-productor más reputado del momento, que hizo un extraordinario trabajo a la altura de cualquier producción internacional. El “patrón” contó con la ayuda en estas labores de
Andrew Warwich y
Mauricio Gaudenzi.
Para la ocasión se había ido creado alrededor del concierto un ambiente extraordinario nunca antes vivido, alimentado por el hecho de que hiciera más de un año que la banda no tocaban en Madrid y que los conciertos iban a ser grabados en directo. Colgado el cartel de “
no hay billetes” y el recinto lleno hasta la bandera, calentaron el cotarro, poco antes de que salieran los verdaderos protagonista de la velada, los valencianos
Zarpa.
Ruge a todo trapo el caza
Albatros que tantas victorias dió a
Manfred von Richthofen, que se va alejando del Pabellón al mismo tiempo que de la guitarra de
Armando sale el inconfundible riff que abre “
Barón Rojo”, se repliegan las dos hojas del telón que cubre el escenario y comienza el espectáculo. Al fondo presidiéndolo todo, la infernal imagen metálica del Barón con su rostro
metalmorfoseado mirando a todos con ojos de fuego como diciendo: “
cuidado que os vigilo”. Tocando su barbilla,
Hermes hace atronar los tambores y un poco más abajo, sobre la tablas,
Armando y Carlos comienzan a destrozar sus guitarras, mientras
Sherpa con su inseparable bajo se sitúa frente al micro entonando ese inolvidable: “
Mítico Barón, dónde quedó, el vuelo fugaz de tu gran avión, Barón…”, y la peña, poseída por la magia del momento, se entrega a una banda que está palpando en esos momentos la gloria.
Las veinticuatro canciones que se tocaron durante las dos sesiones, según el orden que aparecen en los discos editados y no en el que realmente fueron ejecutadas, son:
Del Barón al Rojo Vivo (1984)
1. Barón Rojo
2. Incomunicación
3. Campo de concentración
4. El mundo puede ser diferente
5. Las flores del mal
6. Concierto para Ellos
7. Mensajeros de la destrucción
8. Atacó el hombre blanco
9. Tierra de Vándalos
10. Solo de Armando
11. Los rockeros van al infierno
12. Buenos Aires
13. Solo de Hermes
14. Resistiré
15. Con las botas sucias
Del Siempre estáis allí (1986)
16. Larga vida al Rock and Roll
17. El malo
18. El Barón vuela sobre Inglaterra
19. El pobre
20. Diosa razón
21. Invulnerable
22. Se escapa el tiempo
23. ¿Qué puedo hacer?
24. Siempre estás allí
Los Barones pusieron todo su capacidad interpretativa, clase, fuerza, energía, sentimiento, virtuosismo y talento, que no era poco en ese momento –añade todos los buenos calificativos que quieras-, en dar uno de los mejores show del rock español de siempre, por supuesto en dura pugna con el Rock & Ríos del maestro granadino.
Celebrado y grabado el concierto, había que mezclarlo (Estudios Sonolad), cortarlo (Estudios Sonic, S.A.) y, lo más difícil, hacer la selección de los temas ya que eran muchos y dos vinilos tienen sus limitaciones físicas y tres era un número impensable.
El resultado final, ocho cortes sobradamente conocidos y cinco nuevos estrenados esa misma noche, cada uno compuesto por un miembro del grupo más el instrumental “
Buenos Aires” a pachas entre Sherpa y Armando. “
Campo de Concentración” por Sherpa y
Carolina Cortés, “El mundo puede ser diferente” por Hermes, “
Mensajeros de la destrucción” por Carlos y “
Atacó el hombre blanco” compuesta por Armando.
Esta selección siempre ha suscitado, suscita y suscitará, debate entre los seguidores de la banda. Por un lado los partidarios de que fue una acierto incluirlos y por tanto dejar fuera otros tantos del repertorio más popular de la banda -entre los que me encuentro- y los que no. Entre estos últimos hay quienes piensan que lo ideal hubiera sido recoger estos cinco temas y el “Invulnerable” y “Herencia Letal” del single de regalo del Metalmorfosis en un nuevo álbum de estudio. Y la verdad es que esta idea, vista hoy, tiene muy buena pinta si estuviéramos en aquella época.
Duplicar el repertorio del recopilatorio de grandes éxitos hubiera sido muy machacón y poco comercial. Había que hacer un álbum irrepetible por lo que se aprovechó el poder compositivo de los Barones que en esos momentos era grande y de calidad. En resumen, que la inclusión de estos temas hizo este trabajo novedoso y aún más grande e imprescindible. Sí es verdad que en el concierto se aprecia que cada vez que se interpretaban uno de éllos la euforia del público bajaba al encontrase descolocados ante lo que estaban escuchando, y no es de extrañar.
¿Se echa alguna canción en falta en este primera entrega de las que posteriormente se recuperaron para el Siempre estáis allí? Pues seguro que cada uno tenemos nuestras favoritas. En mi caso nunca hubiera dejado fuera ni “El malo” ni la que le da título, composición que debe cerrar cualquier concierto/disco en directo, como sucedió.
Otro tanto pasa en relación con los momentos preferidos, que para eso somos cada uno de nuestro padre y de nuestra madre, como dice la mía. Puestos a elegir entre los muchos, yo me quedo con la fabulosa interpretación de “
Campo de Concentración” y “
Concierto para ellos” que pone los pelos de punta, el guiño en el solo de Armando al “
Whole lotta love” de los
Zeppelin o su galopada en “
Czardas” (tema compuesto por
Vittorio Monti) y como no, cómo sonaron las joyas de la corona: la magistral “Los roqueros no son buenos” con la intro del Sherpa animando a la peña:
¿Estáis ahí? ¿Nos vamos al infierno… al infierno?, y ese antológico “
Resistiré” ejecutado como nunca para la posteridad.
¿Algún pero? Uno. Desde mi forma de sentir los discos en directo, creo que no deben contener cortes de silencio entre los temas ya que deben de estar conectados unos con otros. Se entienden los mismos al aparecer mezclados en el álbum en un orden distinto al que fueron ejecutados. Queda surrealista que al terminar el segundo disco Sherpa dando las gracias y al despedirse del público, y en teoría del álbum, dice “
… gracias sinceras, hasta mañana”.
Barón al rojo vivo fue presentado en una carpeta abierta con diseño de M. Cuevas fue puesto a la venta por Chapa el 26 de marzo de 1984. Siempre estáis allí, producido por la propia banda y con portada idea de Sherpa, se comercializó en verano de 1986.
Otro de los objetivos de todo este acontecimiento era grabar un vídeo a la altura de la grabación. El encargado de ello fue el periodista y documentalista Alfonso Arteseros, que puso para ello en marcha seis cámaras que estuvieron rodando sin interrupción los dos conciertos, unas 38 horas seguidas, que una vez montadas mostrarían lo que se vivió en aquellos dos días inolvidables. No se sabe muy bien porqué el vídeo nunca vio la luz entero, sólo conocemos algunos fragmentos que Arteseros ha mostrado, como el caso del documental El rock de nuestra transición donde aparecen imágenes del concierto, entrevistas y tres temas: “Barón Rojo” y “Campo de Concentración” del directo, y “Resistiré” en un vídeo clip montado con imágenes del concierto y de la época. Todo un documento histórico.
No estuve en el concierto pero lo escuché emocionado en la radio, creo recordar que en
Radio3 –pero la memoria me falla y bien podría ser en otra emisora y no en directo los días 10 y 11 de febrero-, con esa envidia sana de no poder estar en el Pabellón, donde sabía que se estaban viviendo momentos irrepetibles, la conexión perfecta entre público y banda, la esencia del rock. Como consuelo sé que le daré al play cientos de veces para escuchar ese directo y sentir que si estuve.
Larga vida al Barón, 30 años más, por lo menos.
Extracto de la parte dedicada a Barón Rojo en el documental
“El rock de nuestra transición” de Alfonso Arteseros.
- Barón Rojo: 4:18 – 9:58
- Campo de concentración: 10:52 a 15:34
- Resistiré: 21:05 a 26:24
Entrada publicada en
ZRS el día 05-02-2013.