El otro día el @KingPiltrafilla se lamentaba, sin mucha convicción por su parte, de haber dejado pasar la oportunidad de pillar, en la última edición celebrada en Barcelona de una de las ferias internacionales del disco que pululan por todo el territorio patrio, un vinilo de una banda local de los años ochenta por 20 euros. Error, en buen estado y con el inserto, yo lo hubiera pillado.
Esa misma sensación, con más o menos remordimiento, la hemos tenido tod@s al llegar a casa y comernos el coco por haber dejado allí una buena pieza o por haber comprado otra que lo mismo no teníamos planeado y aún teniéndolo por la pasta que nos ha costado, c'est la vie.