Existe la teoría, que a mi me encanta y a la que me sumo, recogida en el portal amigo Leyendas de Toledo, de que la expresión “hacer un bolo”, se originó cuando las bandas de rock madrileñas de los setenta y principios de los ochenta, venían durante los meses de otoño e invierno, dada la proximidad a Toledo capital y a las localidades de la provincia cercanas a Madrid, principalmente la comarca de La Sagra, para hacer un concierto, dos o tres el mismo día, en discotecas, naves que decían eran discotecas, salas de fiesta de toda las categorías imaginables, plazas de toros fijas o portátiles, fiestas de quintos o fiestas de los pueblos, lo que les suponía unos ingresos necesarios para comer y comprar nuevo material. Os recuerdo, por si no lo conocéis, que cariñosamente los toledanos se llaman, nos llamamos, entre ellos, entre nosotros, "bolo", "mira que eres bolo" o "no seas bolo", entre otras. Por cierto, en algún lugar leí que también llamaban esos conciertos "hacer el Toledo rock”.
Aprovechando estos bolos, los representantes entregaban en las emisoras de radio de los lugares que visitaban o/y en las discotecas donde actuaban, como es el caso del vinilo que hoy os recomiendo, los discos promocionales del último trabajo de cada una de las bandas o un compilatorio con temas de varias bandas de la misma compañía o representante, elaborado expresamente al efecto para promocionar los grupos y su nuevo material, y que no tenían venta al público.